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"Del resto a la diversidad" 
Seis esculturas de Luba Lisenberg

Luba Lisenberg ha realizado en el campo de la escultura una tarea persistente y sistemática. Son bien conocidos sus trabajos escultóricos realizados en madera y en hierro, consiguiendo un perfil propio en el campo de las artes espaciales. En esta oportunidad retomará la madera con una idea "a priori" : la recuperación. Su deseo es rescatar de los restos de árboles caídos- que por diversas circunstancias fueron abandonados- y devolverlos a la vida a través de una tarea paciente y creativa . Con técnicas originales la artista va a trabajar con estos materiales nobles que será la base estructural y matérica de sus esculturas. Se puede apreciar en estas piezas una constante formal expresada en una direccionalidad espiralada, producto del tallado, que como llamas ascendentes se visualizan en ritmo ascencional. El álamo, el radal, la tipa, el fresno, fueron los árboles escogidos para modificar a través del trabajo escultórico esa sensación real de abandono y de muerte. Tratados estos restos de maderas a través de devastaciones, y ordenando sus consistencias con el uso del escoplo y otras herramientas ad-hoc, ella ha construído seis piezas que integran esta selección.. El tallado dirigido, al igual que un bisturí, posibilita la concreción de una o varias estructuras de ritmos flameantes. Esta actitud de restaurar la madera, otorga vida a un deshecho, es una conducta con respecto a la relación con la naturaleza a través del arte. No hay duda que toda acción del hombre tiene un significado, algunos hombres destruyen, otros construyen y algunos otros, reconstruyen. En esta tarea siempre los artistas están presentes, ellos tomarán un camino de elaboración positiva. Resemantizando estos materiales, estos se convierten en verdaderas piezas creativas, en este caso escultóricas. Transformando su orígen matérico el artista otorga a la materia tratada significaciones múltiples. Dice el poeta Martín Kaubish: " Llama, tumulto alado, oh soplo, rojo reflejo del cielo quien descifre tu misterio conocerá el secreto de la vida y de la muerte….." Tambien el filósofo dice : " Lo que se denomina Vida en la creación es, en todas las formas y en todos los seres, un solo y mismo espíritu, una llama única ". 

Rosa Faccaro. A.A.C.A- A.I.C.A. (Muestra Centro Cultural Recoleta. Buenos Aires. Argentina. 2004)

 Luba Lisenberg y las maderas que cantan trabajos y sueños

En el Museo "Beato Angélico" de nuestra ciudad, expone trabajos en madera la artista Luba Lisenberg en la muestra "Del resto a la diversidad", que es, por cierto, lección de trabajo y de sueños.
Su labor alza el cántico de la materia hacia el cielo. Una sola de sus tareas reposa casi a nivel del suelo, como emergiendo de la tierra que alimenta las raíces originarias. Las otras se elevan en búsqueda, en gesto hacia el mañana, como lo hace toda genuina obra de arte. Y allí eclosa lo que germinó en lo hondo, vértice de esperanza que sustentó la paciente búsqueda de la artista. Y su latido, su calidez, su vida misma.
Lisenberg se inclina sobre la huella sagrada y sigue, a metales y mano, la meta final, la superficie pulida que en enigmas modula la raíz originaria desde los arcanos de la tierra. Luba Lisenberg ha celebrado el rito y su antiguo misterio.

Jorge Héctor Paladini
La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina (Agosto 13, 2004)

 

Estimada Luba, la imagen que tengo de tu obra en principio tiene que ver con una valoración importante de tu trabajo como hacedora. No muchos artistas producen lo que vos producís. Te adecuás bien al mandato de Picasso que pedía 90% de transpiración y 10% de inspiración. Eso creo que es muy importante para un artista. Lo otro que destaco tiene que ver con tu capacidad de darle "ser" a la madera, no imponiendo tu impronta sino construyéndola en diálogo con el material. Eso es lo más destacado. Da la sensación que la madera no sufre con tu impronta. Y si bien los metales los trabajás con mucha destreza, creo que la empatía es fundamentalmente con la madera. 
Respecto a las temáticas es muy bueno el trabajo con series. La que más me gustó es la del arca de Noé por la implicancia histórica. 
La sensación perceptiva de la sala era de un bosque con personajes vivientes. Es una mirada de europeo del norte, céltica. Le da mística a tu obra.
Eso pienso más o menos de tu obra. Te admiro fundamentalmente porque sos una artista que trabaja y produce.


Daniel Sanchez
Dirección de Artes Visuales
Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. "Muestra MBAB, 2004"

 

La obra de Luba Lisenberg es el resultado de una experiencia vital que revela su lenguaje coherente al permitir que el material hable por sí mismo liberando sus cualidades sensibles y los registros ancestrales. Una cuidadosa selección de las posibilidades expresivas de las maderas --recolección/ reciclado -- las habilita para que entren a su taller. Una vez allí, aparecen las formas sin boceto previo, cortando e insertando unas con otras mediante la solución constructiva del ensamble visible. Desarrollos rectos, sinuosidades, superficies alisadas y oquedades rodeadas de texturas, curvas, y contracurvas son algunos de los elementos del lenguaje plástico con los que la artista construye una realidad cosmovisional. En Ariadna, una insistente penetración, un ahondamiento que responde al llamado de su núcleo interior revela el laberinto que está representado por la caverna y como tal es el lugar de encuentro entre los principios de la vida y la muerte. Ariadna como ayuda en el laberinto de la verdad y como el laberinto mismo. 
Múltiplo, Germinal, D- vorador Uno y Dos, obedecen también a usos binarios que manifiestan una natural tendencia aglutinadora de significados. El Minotauro, morador tenebroso, pierde dramatismo a la luz de la idea dejando entrever un mensaje más sutil, menos amenazante y, sin duda, altamente enigmático. La energía de lo sagrado se abre paso en la alusión bíblica tan particular y elaborada del grupo escultórico Arcano-e. 
Luba Lisenberg imprime a su trabajo la voluntad de salvar la realidad de su sinsentido, dotándola
de una articulación simbólica, concibiendo al hombre como un animal mitopoético.

M.V.Rubellio (Muestra British Arts Centre, 2002) 

¿Puedes oír cantar a las ramas?

Al notar la presencia de una piedra en la orilla pequeña, solitaria, roja. ¿Quién no ha sentido los brazos de la infancia abrazándolo, guiándolo otra vez hacia las mañanas vastas en que inhalados los cielos y los soles felices hasta que los pulmones ardían, y comprendía al instante su gracia inmensurable, su valiente envoltura, las venas delicadas que, cual bosques imaginarios, nos revelan sus sensibilidades?
Cuando se es lo bastante afortunado como para presenciar la revelación de una piedra, la voz sólo puede enmudecer y seguir mansamente la senda que se va desplegando ante nuestros pies.
Luba Lisenberg oyó intensamente el llamado de la corteza y, volviendo sus oídos hacia los árboles con la súbita ferocidad de la lechuza, abrió el pasadizo de sus visiones para recibir a los niños, y ellos vinieron en tropel, alborotando con sus cantos, desatentos a cualquier orden; sólo bailaban al son de su canto. Lisenberg tocó entonces la madera alegre, y sus dedos se volvieron ramas y su espíritu se trasformó en follaje florecido, creando formas a partir de estos corazones de cobre que se entregaban tan generosamente. Suave es su piel invitando a la caricia, múltiples sus vidas que pueden ser tan tiernamente formadas.
Entonces surge Ariadna, el Minotauro, y peces en su mar de hojas, y columnas secretas que resisten las lluvias. La Escultora, en correspondencia absoluta con su savia, camina entre los jazmines de sus misterios, y ellos, los árboles que ofrecen sus ojos y sus corazones, se balancean eternamente a lo largo de los campos amarillos que se elevan hacia el azul. 

Christine Castro Gachet / Buenos Aires Herald, 20 de Octubre, 2002 (Muestra British Arts Centre)

 

Luba Lisenberg, como Henry Moore, encuentra en algunas de sus obras de la serie 2001, una escultura siguiendo la veta de la madera, proceso en el que la sugerencia del material se impone a la improvisación, entendida ésta como el lenguaje automático e inconsciente del surrealismo. La elección de las diferentes maderas y la sensibilidad puesta en la ejecución, con las huellas manifiestas de la herramienta sobre la superficie revaloriza el trabajo (no el oficio) en la escultura. En otras como en “ Arcano-e” , dos direcciones manifiestas como estructura horizontal y vertical, coronadas por una serie de formas, diría libres evitan tanto lo geométrico como lo orgánico. He aquí su interés por la construcción y lo particular composición basada en el apilamiento de elementos, como la muestran algunas obras anteriores. Son índices del encuentro de un lenguaje de relaciones primarias o quizás, el intento de un nuevo lenguaje posible. La serie 2001 de Luba Lisenberg, es un buen ejemplo del protagonismo de la forma. 

Carlos Boccardo, abril de 2001 (del catalogo de la muestra del Museo de Bellas Artes de La Plata.)

Exposición en el Museo de la Catedral de La Plata.

..."Con una destreza y oficios únicos y enamorada de la madera que trabaja en diversidad, Lisenberg llama a la muestra "Letras", pero debemos remontarnos a alfabetos olvidados y que aún laten en las cuevas, tumbas o cacharros con sus enigmas...Lisenberg alza su maravilloso trabajo desde esa antiguas raíces y sus maderas lo expresan con calidez."
"El signo antiguo, la comunión de la superficie con el aire circundante, los huecos trabajados diestramente y los espacios que, dejando el original, se integran para siempre en cada labor conformando la melodía buscada, lo prueban con lírico encanto." 

Jorge H. Paladini, Pregón, La Plata, junio de 1999

 

"En los últimos tiempos, además de pasar al formato grande -con lo cual el volumen empieza a jugar con la escala humana- eligió que el sentido de las obras tornara caminos menos directos, permitiendo mayor espacio para la lectura del espectador. Los grandes volúmenes de distintas clases de madera, respetando los accidentes y las señales del material, tienen una presencia poética a partir de formas netas."

Fabián Lebenglik, Página 12, Buenos Aires, septiembre de 1997

 

"Con abstracciones que no eluden detalles de una sensualidad táctil, recatada y noble, Lisenberg alza sus figuras uniendo materias diversas y conformando unidades que conmueven con su enigma y misterio. 

Jorge H. Paladini, Nueva Diagonal, La Plata septiembre de 1997

 

"Si Malena canta el tango como ninguna, la escultora argentina Luba Lisenberg lo desintegra para volver a armarlo con madera y chatarra, con una precisión que hace dudar que una obra así sea factible fuera del Río de la Plata."

Macarena Langbleib, El Observador, Montevideo - Uruguay, julio de 1996

 

"Interesantes y elaborados trabajos escultóricos, pero lo más interesante es ver la profundidad de los planteos encarados en el nivel plástico que una exhibición requiere."

Rosa Faccaro - Muestra SAAP, Bs As, Argentina,septiembre de 1994

 

"Los trabajos de Luba Lisenberg marcan, cada vez más, una revalorización de la ruptura, donde la unidad es cuestionada y se empiezan a abrir a una extensa variedad de posibilidad expresivas. Los objetos encontrados y su particular manera de articularlos, construyen un lenguaje discontinuo y fragmentario que parece ser su preocupación actual.."

Carlos Boccardo - Muestra SAAP, Bs As ,Argentina,septiembre de 1994

 

"....En una época en que todo es confusión, donde no están claros los verdaderos valores a rescatar, donde el cuestionamiento pasa por la búsqueda de la identidad a partir de los orígenes, Luba Lisenberg une la extrema espontaneidad del acto creativo con el poder de análisis subyacente en la dura autocrítica a la que se somete y en ese acto creador es donde se afirma para sobrepasar la realidad circundante, fundar su propio código sígnico y así alcanzar en cada una de sus obras una identidad propia, espiritual y sensible." 

Julián Agosta, Muestra SAAP, Bs As ,Argentina,septiembre de 1994

 

 


 

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