Por Susana Weingast
Aparte de los cinco sentidos existe un registro sensorial que se recibe en el mismo cuerpo, lo que visualmente se capta, por ejemplo, cuando presenciamos un accidente de autos. En nuestro cuerpo se produce una sensación desagradable, no definible, ¿por qué? Si sólo lo vemos a través de la vista? Es difícil de explicar, pero cuando uno ve determinada cosa, lo ve no sólo con la vista sino con todo el cuerpo.
El cuerpo es algo propio, (soy yo) y además de tener el registro sensorial, se siente en su totalidad, no sólo con una parte.
Cuando se dibuja, en especial una figura humana, se está dibujando el propio cuerpo, al igual que cuando se hace retrato, casi siempre hay algún rasgo por el cual podría decirse que es autorretrato.
Si se pide a una persona que dibuje una figura humana, las proporciones que va a utilizar van acorde con su mismo cuerpo. Si tiene un problema en un brazo, encontraremos una alteración en el dibujo que hizo: o más flaco o torcido. Si tiene algún problema neurológico, puede dibujar la cabeza de alguna manera o forma especial. Por supuesto que no es un dibujo consciente, no sabe que se está dibujando a sí mismo. El espectador especializado lo sabe.
Si vemos la obra de Prilidiano Pueyrredón, veremos siempre el mismo parecido en todas las caras; lo mismo sucede con las manos de Leonardo da Vinci.
Cuando uno elige dibujar un tema determinado, no hace más que registrar cómo se ubica uno mismo en el mundo, y dibuja también cómo es ese mundo y cómo se siente en ese mundo, cualificando el propio registro y mostrando sin saberlo, en qué mundo está y cómo lo siente.
Lo que uno siente en un registro visual selectivo del mundo, no es más que lo que uno elige de ese mundo y no hace más que poner en evidencia o ponerse en el mundo uno mismo.
Picasso decía, “no busco, encuentro”.
Cuando miramos el mundo siempre lo hacemos registrando en función a uno mismo, a nuestro punto de vista, a nuestro sistema de significaciones, a nuestra sintaxis particular.
Se puede sentir la angustia del otro, también la ansiedad, si el otro está cómodo o incómodo. Todo lo percibimos con lo sensorial y también con todo el cuerpo, porque cuando vemos al otro casi siempre se pasa los registros o hechos a primera persona (¿ Y si yo hubiese sido el accidentado?)
Para explicarlo de otra manera, uno siente a través de sistemas sensoriales, que son sistemas de significación.
Cuando se dibuja o se pinta un cuerpo o un retrato, sin saberlo, se está construyendo una imagen de uno mismo y de uno en cuanto al medio o al otro, la madre, la esposa. Se dibuja el mundo u otras personas, se lo está dibujando con respecto a la propia experiencia y como uno siente al mundo con respecto a uno.
En cuanto a la pincelada o al color que se esta utilizando también se denota la forma particular de expresión: cuando es neta o interrumpida, puntillista o zigzagueante, si es dura o muy intensa, si tiene rasgos de agresividad o p de dulzura,
Este sistema de dibujo, que tenemos internalizado, y en especial, las relaciones con respecto a lo que nos circunda y las personas que están cerca nuestro, va variando a través de los años. No es que el dibujo mejora, tampoco tiene importancia, lo que importa en realidad es cómo nos ubicamos con respecto a … y cómo las cosas de la vida repercuten con respecto a … y cómo los hechos felices o tristes repercuten con respecto a …
No es necesario que el dibujo sea figurativo, hasta en un abstracto o en un semi-figurativo siempre está uno mismo mostrándose, ubicado en el mundo y en el entorno familiar y humano.
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