Lo gestual es lo verdadero

Por Susana Weingast

Las personas tienen diversas maneras de comunicarnos las cosas, pero lo que realmente hacen es comunicar lo que quieren. También, cuando quieren, ocultan lo que no desean transmitir.
Cuando una persona comunica sentimientos, ideas, datos, etc. esta realizando un «intercambio», este intercambio es llamado comunicación y siempre nos facilita la información que nos quiere transmitir.
La mayoría de las veces el intercambio además de ser verbal, es inconsciente, y decimos frases como.» Miren como mueve la mano,»- » Habla con su mirada»- Es decir que lo gestual, su forma de expresión, aunque sea silenciosa nos está transmitiendo algo, y la interpretación depende del interlocutor.
Los mensajes que emitimos verbalmente parecen en realidad los verdaderos, pero en realidad ellos expresan sólo lo que deseamos expresar; todos sabemos callarnos cuando nos conviene. Sin embargo, expresamos de alguna otra manera lo que callamos.
Los problemas de la comunicación son, para decirlo en pocas palabras, que decimos menos de lo que pensamos y dejamos traslucir más de lo que creemos.
Existe la dificultad de redondear un pensamiento para ponerlo en forma clara ante el receptor.
En cuanto a las artes plásticas, por la forma de expresión no verbal ni escrita, sino gráfica, involucrado el simbolismo del espacio o símbolos o signos internos, se sienten las dificultades lógicas en la comunicación.
Poder explicarse o lograr transmitir algo y hacerse entender es siempre un milagro.
Siempre debemos expresar toda una frase verbal en el mismo idioma; no podemos usar una palabra de ingles, tres en francés y pretender que nuestro interlocutor lo entienda.
Aquí encontramos una paradoja. Tambien decimos en forma no verbal mucho más de lo que pensamos.
Transmitimos significados con la ropa y otros objetos de uso personal; tambien con el coche que tenemos o con cualquier otra posesión o la manera de pronunciar el idioma que hablamos; la manera particular de pronunciar las palabras, la entonación y los silencios con que marcamos el ritmo de nuestra habla.
Los gestos, especialmente aquellos inadvertidos, de nuestra cara y en general nuestro cuerpo, nos delatan ante nuestro interlocutor, como por ejemplo nuestra manera de poner las manos o movimientos de muestro cuerpo.
Los que plasman trabajos artísticos de pintura y dibujo, también tienen su forma no solo de usar el material sino de ubicar el cuerpo o de tomar los lápices y pinceles o de inclinar la cabeza para observar lo realizado.
Con respecto a la forma no verbal de plasmar un trabajo de pintura o de dibujo, inclusive la letra cuando escribimos, hay características que no se repiten de un individuo a otro, sino que ante una misma imagen, y tambien la misma técnica cada uno tiene su propia manera de ubicarse en el lienzo o en el papel, inclusive que colores son los de su preferencia.
Se han hecho muchas investigaciones en antropología social y en psicología, que han puesto en evidencia que el 60% de nuestras comunicaciones no son verbales, lo que viene a significar que utilizamos los gestos en una proporción mucho mayor de lo que somos conscientes.
Nuestro cuerpo es muy expresivo, es un experto en comunicaciones, se calcula que podemos producir alrededor de 700.000 signos físicos diferentes, lo cual si bien es una cifra impensable, no parece excesiva si reparamos en que sólo la cara según otros estudiosos, puede producir ella sola 250.000 expresiones distintas.
Se llevan catalogados, de esta inmensa masa expresiva, unos 5.000 gestos definidos y unas 1.000 posturas distintas por lo que queda un ancho campo para la investigación científica.
Si bien es imposible, en el estado actual del conocimiento científico, establecer reglas válidas para la mayoría de los casos, eso no quita que se pueda alcanzar una cierta maestría en el reconocimiento de gestos y mejorar, simultáneamente, la eficacia de nuestra comunicación personal.
Como sucede en la práctica con otras facultades humanas, el total de lo que se usa es infinitamente menor que su potencial. Tendemos a seguir rutinas y modas; sin contar que existe una fuerte presión social para estandarizar los gestos, a fin de hacer más sencilla la comunicación.
Hay gestos imperceptibles para cualquier que lo mirara casualmente, pero llamativos para quien estuviese entrenado en «escuchar» lo que se dice sin hablar.
El conjunto de sentimientos que, conscientemente o no, disimulamos o no podemos expresar, de toda una combinación de gestos (los puños cerrados, el cuerpo que se destensa o se crispa…), de olores, de expresiones del rostro (un fruncimiento de labios, la ceja que se levanta, el guiño…), de silencios, de vacilaciones.
Cuando se pinta o dibuja, existen tambien innumerables grafismos o presiones o formas de división de los planos. las cuales hacemos en forma natural e individual, no habiendo un código , al igual que en los gestos, para poder interpretar la individualidad en la expresión no verbal.
Gracias a que el cuerpo está dotado de una mímica emocional en la que predominan las reacciones involuntarias: encogerse de hombros (despecho), rascarse la cabeza (perplejidad), etc…, es posible descubrir de manera no verbal, saber leer entre líneas, lo que pasa por el interior de la persona, lo que desea en realidad comunicar, para poder aclarar, inclusive para el propio sujeto emociones y sentimientos, peligros y dificultades que no salen a la luz de otra manera.

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